La esclerodermia no es únicamente cosa de mujeres, en una proporción de 4 a 1 también afecta a los hombres. ¿Existen diferencias entre las esclerodermia de hombres y mujeres? Esta pregunta se la hizo la Dra. Maria Carmen Freire Dapena en su tesis doctoral. Os presentamos el resumen de las conclusiones de su estudio.

 

DIFERENCIAS CLÍNICAS Y EPIDEMIOLÓGICAS ENTRE HOMBRES Y MUJERES CON ESCLERODERMIA: ESTUDIO EN UNA COHORTE ESPAÑOLA Y REVISIÓN DE LA LITERATURA.  M. Freire et al. Clin Exp Rheumatol 2017; 35 (Suppl. 106): S89-S97

INTRODUCCIÓN: La baja prevalencia de la esclerosis sistémica (ES) y la escasa proporción de enfermos varones han influido en la escasez de estudios dirigidos a valorar diferencias por sexo, con resultados muchas veces contradictorios.

OBJETIVOS: Analizar las diferencias en las características clínicas y epidemiológicas entre hombres y mujeres con esclerodermia en nuestro país. Estudiar la influencia del sexo en la supervivencia de los pacientes con esclerodermia. Identificar factores pronósticos según sexo.

MÉTODOS: Se realizó un estudio prospectivo con el registro español de esclerodermia RESCLE (perteneciente al Grupo para el estudio de las Enfermedades Autoinmunes Sistémicas -GEAS- de la Sociedad Española de Medicina Interna) para analizar la influencia del sexo en la supervivencia de los pacientes con ES.

RESULTADOS: En total fueron reclutados 1506 pacientes con ES (1341 mujeres, 165 hombres), procedentes de 21 centros, representando la mayoría de las áreas del territorio español. Se asociaron independientemente con el sexo masculino una mayor edad de inicio de la ES (OR 1.02), un menor tiempo desde el inicio de los síntomas hasta el diagnóstico de la ES (OR 0.96), el tabaquismo (OR 2.57), la presencia de enfermedad pulmonar intersticial (EPI) (OR 1.58), una menor predisposición al síndrome seco, la positividad de anticuerpos antinucleares (OR 0.29 y 0.43, respectivamente) y un cumplimiento más alto de los criterios de ACR 1980 (OR 1.79). Durante el seguimiento, el 30,4% de los hombres frente al 14,6% de las mujeres fallecieron (p <0,001). La supervivencia a los 10 años desde el inicio de los síntomas fue del 75,3% para los hombres y 92,9% para las mujeres (p <0,001), y la diferencia se mantuvo después de seleccionar solo las muertes relacionadas con la ES (85,6% vs. 96,1%, p <0,001). Los factores predictivos de mortalidad fueron la ES difusa (OR 2.26), ILD (OR 1.82), las úlceras digitales (OR 1.38), los roces tendinosos (OR 1.74), el sexo masculino (OR 1.53), una mayor edad de inicio de los síntomas (OR 1.13) y la hipertensión pulmonar aislada, tanto en la cohorte general (OR 3.63) como en la femenina (OR 3.97). Se observaron los mismos factores de riesgo en la cohorte masculina, a excepción de la hipertensión pulmonar aislada y la enfermedad pulmonar intersticial.

CONCLUSIONES: El presente estudio confirma la existencia de diferencias por sexo en la esclerodermia, tanto epidemiológicas como clínicas, de laboratorio y en el pronóstico. El curso clínico en los hombres de la cohorte RESCLE fue más rápido y el pronóstico fue peor, con una mayor proporción de fallecidos con respecto al grupo de mujeres. La causa más común de fallecimiento en los hombres fue la enfermedad pulmonar intersticial, mientras que en las mujeres fue la hipertensión pulmonar. La hipertensión pulmonar aislada fue la causa más frecuente de muerte en las mujeres. De hecho, todos los hombres que murieron de hipertensión pulmonar tenían un enfermedad pulmonar intersticial asociada. Las curvas de supervivencia mostraron una menor tasa de supervivencia en los hombres a los 5 años del diagnóstico, que permaneció al evaluar solo las causas de muerte relacionadas con la esclerosis sistémica. Nuestro trabajo es el primero en analizar factores de pronóstico independientes por género, concluyendo que en la cohorte RESCLE los hombres fallecen más rápido porque tienen más frecuentemente el subtipo cutáneo difuso y porque los síntomas aparecen en edades más avanzadas. El conocimiento de las características distintivas relacionadas con el sexo en la esclerosis sistémica es muy importante, no solo porque permite una mejor comprensión de la patogénesis de una enfermedad compleja sino también porque ayuda a establecer protocolos de monitorización y tratamientos específicos adaptados a las necesidades de cada grupo y establecer subgrupos pronósticos.