Se han celebrado del 17 al 25 de septiembre, en Chipiona, Cádiz, como en años anteriores, en la Casa de Espiritualidad Santa Mª de Regla.  

Dirigidas a nuestros socios, hemos contado este año con las siguientes terapias: Masaje Relajante Energético, Espacio para compartir, Taller de la Risa, Terapia de Cristales-Mandalas, Quiromasaje, Masaje terapéutico-curativo y Fisioterapia, todo en un entorno más que agradable, a pie de playa.

Este año, han asistido 44 personas, entre afectados, acompañantes y terapeutas. A la vuelta de esta intensa semana, Malena ha querido compartir a modo de resumen como ha vivido estas jornadas:

«Llegada: a partir del sábado 17 de Septiembre. No estábamos todos, y se echaba de menos a los que faltaban por llegar y a los que este año no han podido ir, pero se empezó con la presentación y la información de las actividades programadas y de todo lo que en esos días íbamos a hacer.

Poco a poco fuimos incorporándonos el resto, llegamos a ser un total de 44 personas: 25 afectados de esclerodermia, 12 acompañantes y 7 terapeutas, todos conviviendo durante una semana.

Este año se puede destacar lo unidos que nos hemos encontrado, con una muy buena armonía, y con mucho cariño; a los pocos días, nos sentimos con los nuevos como si ya nos conociéramos de toda una vida, y con los antiguos como si nos estuviéramos viendo todos los días; y es que los que llevan más tiempo hacen una labor muy buena de acoger a los nuevos.

Las terapias también contribuyen a estas buenas sensaciones:

       A primera hora de la mañana, el compartir: en un ambiente relajado y de interiorización, compartimos nuestras inquietudes más internas.

       A continuación, los estiramientos: para tomar conciencia de nuestro cuerpo y tonificarlo. Éramos tantos que tuvimos que dividirnos en dos grupos: mientras unos realizaban los estiramientos, algunos tenían masaje, relajación, disfrute, y siempre queriendo más.

      Una tarde de terapia de cristales, que  siempre nos asombra gratamente, por su belleza y como nos alimenta el espíritu.

      Dos tardes de terapia de la risa, en la que sacamos nuestro niño interior, divirtiéndonos y compartiendo juegos. Por primera vez, el primero se celebró en la playa, con alguno dentro del agua.

       Terapia individual para quien así lo necesitó, con la psicóloga.

       Este año también una tarde de costura, para terminar nuestra colcha solidaria, y nuestra noche de fuego en la playa.

 Todas estas actividades en un sitio bellísimo. El monasterio, la playa, los atardeceres etc.Sobre todo, el buen ambiente que se crea entre todos, creando y llevándonos lazos de amor, hace que ya estemos deseando volver al año próximo, ya que según vamos llegando a casa ya nos echamos de menos.  Mientras, gracias al facebook y los teléfonos y etc, seguimos en contacto.

Ya sólo nos queda decir: ¡VIVA LAS JORNADAS COMPLEMENTARIAS!»