Del 11 al 13 de noviembre tuvo lugar el I Encuentro Girasoles Viajeros de la Asociación Española de Esclerodermia.

Esta actividad nace a partir de una propuesta de nuestros socios en la asamblea general del mes de junio de este año. Una socia pidió intervenir en el turno final: Las conferencias y videoconferencias con los médicos o terapeutas están muy bien y nos ayudan, pero, por qué no organizáis un encuentro, jornada, excursión de ocio y convivencia con el fin de pasar un rato agradable, compartir una comida, ¿… pero no tan enfocado en la enfermedad como las conferencias? La junta recogió el guante lanzado y aquí nace este nuevo proyecto.

Dicho y hecho. El fin de semana del 11 al 13 de noviembre se materializó el I Encuentro Girasoles Viajeros. Algunos llegamos a Calatayud el viernes por la noche, otros el sábado por la mañana. Todos con ilusión y muchas ganas de encontrarnos con los compañeros de la asociación. Los veteranos, con la certeza de que iba a ser un fin de semana de reencuentros. Los “novatos”, aquellos que asistían por primera vez a un encuentro de este tipo, con la inquietud propia de no saber que pasaría y a la vez la ilusión por sentirse entre iguales. Todos con ganas de ver si se cumplían nuestras expectativas.

Nos alojamos en el Mesón de la Dolores. Un establecimiento histórico de Calatayud, donde se dice que trabajaba la Dolores que inmortalizó José Feliu i Codina y más tarde la ópera de Tomás Bretón.

El viernes ya cenamos juntos…  llegamos desde Huelva, Navarra, Madrid, Tarragona, Barcelona. Nos fuimos saludando con los conocidos, presentándonos y conociéndonos con los más nuevos, pero desde el primer momento se hizo “la magia de la esclerodermia”: nos sentimos en familia. Parecía que éramos amigos de toda la vida.

El sábado por la mañana después de desayunar llegaron los que faltaban: de Alicante, Murcia, Zaragoza. Y a las 12 visita guiada a Calatayud. Nuestro guía, Carlos, nos contó la historia de Calatayud que en la época romana se llamaba Bílbilis, de ahí el gentilicio de sus gentes: Bilbilitanas y Bilbilitanos. Visitamos la Colegiata de Santa María la Mayor, con su torre mudéjar, la iglesia de San Pedro de los Francos, con su torre inclinada, y la Plaza de España, a la que los del lugar llaman Plaza del Mercado. Esta plaza es especialmente llamativa por sus casas medio inclinadas recostadas unas sobre otras debido a la naturaleza del subsuelo. Era un espacio destinado al mercado y a las fiestas, incluso se habilitaba como plaza de toros, de ahí la gran cantidad de balcones en todas las casas.

Por la tarde visitamos el Museo del Mesón de la Dolores sobre cultura popular bilbilitana: poetas; leyendade la Dolores, o no tan leyenda; Bodega con una colección curiosa de sacacorchos. Y más tarde conocimos que es eso del mindfulness con las psicólogas Andrea Martínez García y María García Sánchez.

Tras la cena, reunión de grupo. Contamos la historia de cada uno de nosotros, por qué nos habíamos apuntado, qué esperábamos del encuentro antes de ir y cómo nos habíamos sentido. Lanzamos propuestas sobre que necesitamos como pacientes, que creemos que podríamos hacer para dar más visibilidad a la Esclerodermia y a la asociación… Nos pasó el rato volando. Hubiéramos seguido toda la noche, pero tocaba descansar. Aunque algunos confesaron que la charla continuó en la habitación un buen rato.

Después del desayuno del domingo, ya quedó tiempo para poco. Había quien tenía tren por la mañana y a algunos un largo camino en coche hasta casa, por tanto, fotos en el patio del mesón, abrazos de despedida y la promesa de volver a participar el año que viene en el II Encuentro Girasoles Viajeros. ¿Nos propones un destino? Escríbenos a info@esclerodermia.com